Por Miroslava Valdovinos
⠀«La originalidad no consiste en decir cosas nuevas, sino en decirlas como si nunca hubiesen sido dichas por otro.» – Johann W. Goethe
¿Vivimos en la era del reciclado?
Esta pregunta no es difícil de responder si miramos a nuestro alrededor, la creatividad y originalidad se ha perdido, muy pocas cosas en el mundo tienen ya el poder de asombrarnos, de mostrarnos algo novedoso o nunca antes visto, en cuestión de música estamos llenos de reencuentros de bandas pasadas, videos copiados y millones de remakes de canciones exitosas de antaño que son revividas con tonos pop actuales, a veces con resultados catastróficos. Tenemos también infinidad de películas a quienes hoy en día los directores buscan darles un giro totalmente inesperado en la trama, muchas veces fracasando y otras veces con un éxito enorme pero sin dejar de ser “el intento de la original”. Estamos rodeados de franquicias, secuelas, adaptaciones y remakes de personajes o historias que seguramente a nuestros abuelos les tocaron ver en primera fila.
Lo mismo pasa con la moda, cada vez es más común que revivan tendencias de los 70, 80 y 90, y notamos una seria falta de identidad en las prendas que llevamos, esto quizás por la gran producción de masa de las tiendas y los estilos impuestos cada temporada. Vemos mil ejemplos de portadas de revistas inspiradas en unas más viejas, modelos imitando editoriales pasados, diseñadores inspirándose en colecciones anteriores…pero, ¿en qué momento el homenaje, el estudio, el aprendizaje y la visión de los artistas da como resultado el plagio?
Se podría pensar que con todos los avances que hemos tenido desde los Rolling Stones, Madonna, las películas de Disney, boybands, la corriente surrealista, Alexander McQueen, etc.; podríamos crear nuevos efectos, nuevas producciones y conceptos totalmente innovadores… pero al parecer la creatividad está viviendo un estancamiento tremendo, donde solo buscamos mejorar la versión vieja en vez de crear y atrevernos a lanzar algo totalmente auténtico.
Pero al mismo tiempo ese planteamiento en si nos lleva a hacernos una pregunta: ¿se puede crear algo de la nada? O cómo dice el autor Terencio, “¿Ya no se puede decir nada que no haya sido dicho antes de nosotros?“. En términos de originalidad, asociada con el arte, todo es influencia, reinterpretación y reelaboración de lo que ya se ha hecho en el pasado, todo se vuelve una inspiración de los artistas más importantes de su época, y ya no hay lugar para cosas novedosas.
Esto nos hace pensar que es más rentable copiar y hacer siempre lo mismo, para evitarse el fastidioso proceso de pensar, imaginar y apostar por un cambio. Uno pensaría, “¿En serio es tan difícil?”, pero, haz la prueba, piensa en algo, algo singular, novedoso, e insólito. Luego búscalo, y seguro que ya existe, es más, quizás hasta ya hicieron el remake de esa idea.
El panorama pinta obscuro, pero las posibilidades son inmensas, la multitud tiene hambre de originalidad y esperamos que genios creativos próximos tengan por fin esa chispa que se necesidad para alimentarla.