Por: Arturo Castro
Tiempo de preparación: 30 minutos (10 minutos de actividad)
1 taza de agua tibia
1 taza de azúcar
1 taza de jugo de limón recién exprimido (unos 6 limones)
3 tazas de agua fría
1 limón, cortado en rebanadas delgadas
Hojas de menta fresca (opcional)
Esta es la receta para hacer una limonada común y corriente, la de Beyoncé es todo menos eso. Es más una receta para el empoderamiento femenino.
Después de dos meses de espera, tras lanzar el single Formation, la Queen B nos regala su obra maestra Lemonade, en donde se aleja cada vez más de su posición de popstar y se sitúa en otra liga, en otro nivel. El visual álbum, de una hora de duración, es una demostración de poder, amor y de cómo ser mujer dentro de una sociedad que pareciera limitarlas cada día más.
Va mucho más allá de si Jay-Z le puso el cuerno o no, eso, en realidad, es irrelevante, quedarse con eso solamente como interpretación de esta obra es una pobreza, porque no está hablando de ella, este ejercicio no es egoísta, está hablando de todas las mujeres y su relación con los hombres, su lugar en la sociedad, su importancia en el mundo.
Es la primera vez que vemos a Beyoncé (o por lo menos yo) sin ser el centro de atención, sin ser “fierce”, sin estar bajo los reflectores de un escenario haciendo lo que nadie hace. No, está vez nos habla con el corazón en la mano, totalmente vulnerable, dolida, y no dolida por “el engaño de Jay Z”, dolida por ser mujer, por como la sociedad las trata y las ha tratado.
Lemonade nos lleva por el camino del dolor y de revalorarse a si mismo y junto a eso, la artista tiene que dar ninguna declaración, no tiene nada que explicar, esto es todo lo que tiene que decir, literalmente hizo un mic drop.
El film nos expresa, a través de la poesía, una crítica a temas sociales como la desigualdad de género, las clases sociales, razas. Todo representado por el empoderamiento femenino. Beyoncé tiene poder absoluto sobre lo que hace, lo que dice, nos obliga a ser empáticos con las mujeres y a unirnos.
Este es sin duda el trabajo de su carrera hasta la fecha, cuando pensamos que no puede hacer nada más, que ya lo hizo todo, llega y nos ofrece un vasito de limonada fresca, pa’ la sed.