Por: Victor G. García(@M0N0T0NO)
Si tuviera que definir la obra de Ricardo Castro en unas cuantas palabras, diría que su trabajo es una apología a la cultura pop. No hace falta adentrarse con profundidad a su obra para reconocer en el camino una considerable cantidad de rostros y símbolos familiares ligados a la música, el cine e incluso el deporte. No obstante, si la temática de su obra apela a cultura pop, su estilo claramente posee una aproximación visceral derivada del punk y de la ilustración del fanzine.
Sociólogo de formación y artista visual por deformación, Castro lleva casi dos décadas participando activamente en diferentes instituciones culturales en Nuevo León y colaborando para bandas y festivales musicales. Sus piezas han aparecido en diferentes revistas nacionales e internacionales y se han expuesto en diferentes ciudades de México y Estados Unidos.
La música es el elemento más recurrente en su obra. Piezas como Savages (2016), Genesis P- Orridge (2014) o Eliott Smith (2013) que hacen tributo – ya sea de manera directa, a través de retratos, o indirecta, en los títulos de las obras- a músicos que de alguna manera han marcado la vida del artista. Lo mismo sucede con el cine, a través de piezas como Winonas (2014) y Happy (2014).
Estos tributos también se expresan a través de otros medios como el gif, la escultura, la instalación o la intervención textil, como es el caso de Ramones T-shirt (2012) y Chamarra 1 y 2 (2015).
La obra de castro es reflejo de un tiempo donde la iconografía de la cultura pop ha llegado al punto en el que forma parte intrínseca de nuestras vidas diarias como insumo de la inspiración y espacio de introspección.
La obra de Ricardo Castro se va a estar presentando en la galería de Pequeños Bribones el próximo 24 de septiembre.