Fotografías cortesía de Calvin Klein
Fotografías cortesía de Calvin Klein

Fotografías cortesía de Calvin Klein

Por: Daniel Zepeda

Y fue un julio del 2004, cuando Cathy Horyn –afamada crítica de moda del New York Times– tituló su reporte de pasarela «Future, Take Note: Raf Simons Was Here» describiendo esa magnificencia que yace en la capacidad de Simons para «hacer frente al futuro de una manera increíble». La narrativa más acertada  jamás escrita, obliga a la necesidad de citarla y honrarla, pues dicha capacidad ha logrado considerarlo como uno de los más grandes diseñadores de su generación, Raf Simons, el héroe europeo conquistador de Nueva York, ha logrado re-estructurar a Calvin Klein posicionándola como el nuevo ente de referencias estéticas. Convirtiendo  el imaginario del lujo de culto accesible para las masas. 

Sin dejar detrás sus conceptos creativos, Simons persiste en la cohesión entre la búsqueda de la estética que no es visible a simple vista y de los elementos filosóficos que van más allá del simbolismo superfluo, dotando de un aura única a cada una de sus colecciones. 


Dicha aura, inerte e intocable permea cada una de las colecciones y artículos creados por Calvin Klein. La elaboración de esta nueva imagen refleja de manera visionaria a una nueva generación con necesidades estéticas diferentes –más limpia y menos pedestre– y con intereses que penetran esferas más allá de la moda, involucrando política y arte con iconos  de la cultura pop contemporánea. Una generación letrada y consiente de su lugar en la sociedad.

En su primera colección de alta gama para la marca estadounidense, el diseñador sugiere que la visión expuesta está centrada en destacar sus elementos más emblemáticos, elevándolos a través de otras vías de percepción óptica utilizando una dualidad visual entre la fuerza y vulnerabilidad, eliminando lo vulgar en lo provocativo, traduciéndolo así en piezas transgresoras con tintes patrióticos que celebran los cimientos de la marca sin caer en lo ordinario, conservando con ello su minimalismo americano. 


Sin llegar al descaro, la colección cuenta con una paleta iluminada de alta saturación en color-blocking de siluetas rectas y simétricas orquestadas bajo tartanes, recubrimientos plásticos de pvc y transparencias que remiten a la sensualidad de la marca desde una nueva perspectiva, reestructurando con ello la relación entre la identidad y la indumentaria, dando paso al argumento claro para la relevancia del ideal imaginario de la industria de la moda americana, sintetizando la piel y el espíritu de una nueva era. 

THE KING WHO CONQUERED THE CITY