Foto: Iván Tamayo Texto: Renée Siordia
Weimar youths, marca mexicana nacida en Guadalajara, con apenas un año de trayectoria nos presentó su segunda colección en la segunda edición de CuatroMexico.
La moda se ha tornado muy nostálgica en los últimos años y lo que nos trajo Weimar Youths fue una yuxtaposición del esplendor grunge en la década de los 90 con el film del director estadounidense Gus van sant, Elephant, el cuál esta basado en la masacre ocurrida el 20 de abril de 1999 en la escuela secundaria de Columbine, Colorado, suceso que termino conmocionando a toda la población de los Estados Unidos y al mundo entero. La vital inspiración de la colección se basa básicamente en una cosa: angustia adolecente. Gracias al declive social por el que esta siendo sometido el mundo es imposible negar que estamos atravesando por una atmósfera de incertidumbre frente al futuro político y económico del mundo entero, la cual, está repercutiendo en todos los jóvenes de nuestra generación llevándonos a una especie de ”suicidio colectivo”.
Lo que se logró en este desfile fue abrazar todos esos ideales de rebeldía, apatía y anarquía adolescente, glorificándolos en cada una de sus prendas con slogans como “america is killín’ its youth” o “SUICIDE” en tipografía universitaria mientras todos los modelos caminábamos alrededor de la pasarela recordando cuando a Kurt Cobain desgarrandose la garganta mientras cantaba “territorial pissings” y “endless, nameless”.
Con una paleta de colores donde el negro es uno de los principales estandartes, seguido por una serie de colores contrastantes y textiles como gabardinas, mezclillas desgastadas, y lanas con bordados hechos personalmente por Antonio Zaragoza, que es el director creativo de la marca, predominan en esta colección.
Uno de los principales fundamentos de la marca es “Hacer alusión al guardarropa de un adolescente americano promedio” con los múltiples hoodies, sweatshirts, biker jackets, uniformes e insignias escolares que se presentaron en esta colección.
Conozco a Antonio, y alguna vez lo escuché decir algo que hasta ese día cobró mucho más sentido para mí: “Quiero hacer ropa para mis amigos”. El tener la oportunidad de estar en backstage y convivir con toda la gente que estaba ahí fue muy extasiaste para mí, todas las personas que estábamos en backstage no rebasábamos los 29 años, mas que una pasarela, se sentía una vibra mas similar a la de alguna fiesta de la preparatoria y el casting encajaba perfectamente con cada modelo. Incluso tengo muy presente una escena en mi mente, a todos fumando en el ultimo piso del edificio de contrabando, fue como estar en la escuela otra vez.