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Foto por: Roberto Meza

Texto por: Daniel Zepeda

Agradecimientos especiales a: Andrea Trelles

Pocos son los diseñadores que han logrado descodificar el imaginario mexicano sin caer en los clichés del tradicionalismo estético, sin abusar de la paleta de color estridente –que por construcción social– se le ha proclamado como el identificador de la representación nacional y sin prostituir los clichés de los arquetipos socio-culturales, abusando del tan afamado kitsch latino.  Pocos, han logrado traducir en siluetas relevantes los conceptos que yacen bajo los principios de una sociedad de complejas transiciones.

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Una de ellas es Lorena Saravia, cuyo lirismo estético se encuentra permeado de una visión que conoce el lujo contemporáneo mexicano, que es ineludible para cualquiera que lo vea. En crepes, linos, sedas, bordados oaxaqueños en algodón y piel, la fuerza del minimalismo monocromático abraza a la nueva colección en siluetas fluidas que simbolizan la reinterpretación de los idealismos e indumentaria de la revolución mexicana.

Compuesta por una paleta en blanco, beige, champagne y negro, la colección, fue contrastada en una armonía visual, que gracias a los componentes ornamentales con los cuales fue edificado el mirador de –la magnánima obra arquitectónica en la ciudad– el monumento a la revolución, cuyo mausoleo fue –sin caer en obviedades– el mejor venue para desplegar la más grande de las colecciones de la marca mexicana. Con cincuenta tres looks, Lorena Saravia y su equipo creativo nos habló de una yuxtaposición de estilos –entrelazados con botas vaqueras y Nike Air Force 1– resultantes de una fusión entre la historia y la contemporaneidad.


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LORENA SARAVIA

#MBFWMx

MEXICAN MINIMAL: Lorena Saravia SS18