por Xavier Tapia

En 1968, el mundo se debatía entre tantas opiniones, perspectivas sociales e ideas, que era imposible mantener el orden, esclarecer los hechos y apaciguar el sentimiento de lucha y de libertad en la sociedad. Alrededor del mundo acontecieron conflictos sociales y políticos, no por nada fue nombrado el año de los derechos humanos. En Cuba, la entonces reciente muerte del “Che” Guevara era todavía un golpe fresco. Checoslovaquia daba un giro en su política con la famosa ‘Primavera de Praga’; Estados Unidos daba otro por el movimiento cultural hippie y por los intereses políticos-militares en Vietnam, mientras buscaban conquistar la luna; y por supuesto México, donde se acercaban los primeros Juegos Olímpicos en América Latina, que trajeron bastantes estragos sociales al país.

Foto: Frédéric Soltan/Corbis via Getty Images)
Foto: Frédéric Soltan/Corbis via Getty Images)

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Han pasado ya 51 años, miles de personas, organizaciones, universidades y grupos, han rendido homenajes a las personas ausentes por los estragos de ese año en el que había un régimen autoritario a cargo de Gustavo Díaz Ordaz, junto con el secretario de gobierno y futuro presidente Luis Echeverría, quienes sin escrúpulos ordenaron al ejército intervenir en muchas de las juntas de los estudiantes organizados y la toma violenta de distintas escuelas de la UNAM y el IPN.

La tarde del 2 de octubre de 1968 es un claro ejemplo del autoritarismo latinoamericano que existía en el siglo XX. Una idea equivocada por parte de las autoridades y la acción desesperada por terminar con las manifestaciones a días de la inauguración de los Juegos Olímpicos. Nadie esperaba lo que iba a suceder, las sospechas se desataron al ver una luz roja a un lado de la Plaza de las Tres Culturas. Agentes del Estado Mayor Presidencial y el ejército, comenzaron a disparar desde distintos puntos de la Plaza de las Tres Culturas, desde la parte superior del edificio Chihuahua y la parroquia de Santiago Apóstol. Todos sabemos que en realidad fueron cientos de estudiantes asesinados, pero cruelmente se ha ocultado tras una cifra reducida a unas cuantas decenas de personas; una plaza barrida, limpia y censurada por los medios, anunciando al otro día una supuesta calma y tranquilidad, a sólo 10 días del inicio de los Juegos Olímpicos.

Portada El Sol 3 octubre 1968 vía Forbes México
Portada El Sol 3 octubre 1968 vía Forbes México

Portada El Sol 3 octubre 1968 vía Forbes México

Hoy, 2 de octubre de 2019, el caso de la matanza estudiantil ha avanzado de manera irregular. Después de tantos años, se ha declarado que la matanza estudiantil fue un ‘crimen de estado’ por parte del titular de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV), Jaime Rochín, también se exige la reapertura del caso de juicio para Luis Echeverría; en distintos puntos de la Ciudad de México se retiran placas alusivas a inauguraciones en las instalaciones del Metro, que llevan el nombre de Gustavo Díaz Ordaz, y la memoria colectiva revive más fuerte con múltiples marchas en algunos sitios de la ciudad. Las actividades culturales, representaciones, documentales y series televisivas, recrean este evento desolador que México lleva y llevará en el pecho por muchos años más, junto con la transformación política, social y periodística que cambió al país con este evento.

Apuntes sobre el movimiento estudiantil de 1968