por Carlos M. Román
Estos fueron los momentos que nos siguen quitando el sueño:
1. Jane Birkin cantando en el show de Gucci.
A mitad del desfile, los reflectores dejan de enfocar a los modelos y apuntan hacia Jane Birkin interpretando su canción ‘Baby Alone in Babylone’ en el teatro Le Palace. Su voz se escuchaba hermosa y dejó a todos sin palabras.
2. Las prendas con tipografías de Balenciaga.
La colección fue hecha pensando en ropa del futuro para oficinistas, y algunas prendas tenían impresas la palabra Balenciaga con diferentes tipografías, usando los diferentes tipos de efectos que Power Point ofrecía hace algunos años.
3. Toda la colección Louis Vuitton.
Una colección con grandes mangas y volúmenes extremos pero cómodos y fluidos. A mitad del desfile aparecieron looks que parecían ser de hombre y modelados por hombres, pero no, eran mujeres y esto solo fue un guiño a la androginia y al hecho de que las mujeres no temen a usar ropa hecha para hombres. Muchas de las prendas tenían gráficos y referencias ochenteras muy bien actualizadas, algo en lo que Nicolas Ghesquière es un experto.
4. Las mascaras y tocados de Thom Browne.
Frutas enormes en la cabeza, un rehilete en la boca, un cono en la frente junto con el helado derretido por toda la cara y picudos sombreros, Thom Browne hace de las mascaras y los tocados el mejor accesorio para la primavera 2019.
5. La muerte del acento de Celine.
¿Alguien sabe qué más sabe hacer Hedi Slimane aparte de vestidos cocktail y pantalones skinny?
Espero sus respuestas.