Por Redacción
Los tiempos están cambiando, y es fácil percatarse de ello observando lo que sucede en distintos ámbitos, incluso en el marketing. Hace un par de meses la modelo Shanina Shaik corrió el rumor de que este año no habría desfile de Victoria’s Secret, lo que fue confirmado la semana pasada.
Pues sucede que, según afirmó Stuart Burgdoerfer (director financiero y vicepresidente de L Brands, propietarios de la marca de lencería), la audiencia del show anual ha desplomado considerablemente desde 2013, cuando llegaron a captar a 9.7 millones de espectadores; mientras que el año pasado apenas y superaron los 3 millones. Esto quiere decir aproximadamente sólo un tercio del rating de hace apenas 6 años.
Para una marca como Victoria’s Secret que vende imagen, lifestyle, pero principalmente aspiraciones imposibles en cuanto a estándares de belleza femeninos se refiere, la cancelación del desfile anual podría significar considerables pérdidas económicas, cuando ya de por sí atravesaban una dura crisis financiera.
¿Estos cambios se deben realmente a una “evolución” en la manera de pensar de las amplias audiencias? Es difícil saberlo, sin embargo, no es la primera vez que Victoria’s Secret se encuentra hundida en la controversia, pues ya desde hace años que han recibido acusaciones de promover los desórdenes alimenticios y el estereotipo de mujer delgada, sexy y feliz, en la cual no caben el resto de las mujeres que no cumple con dichos estándares. Ed Razek, exdirector de marketing de L Brands dijo tajantemente: “Modelos delgadas, cis-género, en ropa interior desbordando sexualidad claramente dirigida para la mirada masculina, era una fantasía que excluía a cualquier que no se ajustara a esos parámetros”. Lo cual nos deja pensando también en el sexismo implícito en todas las campañas publicitarias de la marca.