Por Cyn Maya

Hoy se cumplen 10 años de Wounded Rhymes, el segundo álbum de Lykke Li y la verdad es, que nos sigue doliendo como si hubiera sido ayer.

Wounded Rhymes, innegablemente fue el álbum con el que Lykke Li saltó a la fama. Get Some, uno de los primeros sencillos, rápidamente se convirtió en un hit y más allá de eso, fue totalmente un statement de parte de la cantante. En ese momento ya no había inocencia, mucho menos ingenuidad. Lykke Li se estaba haciendo presente y se estaba plantando en la realidad. Le cantaba al amor, al sexo, a tomar entre las manos sus propios deseos.

Claro que la canción más famosa desde entonces de la artista, es sin duda alguna I Follow Rivers donde nos dimos cuenta de que el amor puede ser desgastante y una trampa peligrosa donde es muy fácil hundirse. Sin embargo el remix de The Magician fue el que la hizo aún más famosa y mejor aún: bailable. Porque ¿Quién no ha bailado abrazando su trago al ritmo de “I, I follow, I follow you, deep sea baby…”? Pocas canciones han llegado a tener esa trascendencia y Lykke Li lo logró.

Wounded Rhymes nos enseñó que el amor, duele, muchísimo. Que sentirlo todo, mucho, es una bendición. Es un álbum que tiene la combinación de sonidos ideal para bailar y llorar, para sonreír y gritar. Para empoderarnos y gritarle a los demás lo que deseamos y lo que nos hace mal.

Gracias, Lykke Li.