Una p#$..rra, sorprendente, curvilínea y elocuente...

Por Cyn Maya

De un tiempo acá, la música urbana ha crecido y avanzado a una velocidad vertiginosa. Le han tocado las críticas más crudas y fuertes, pues ha surgido y florecido en una actualidad donde las redes sociales terminan siendo un arma de doble filo. Ahí yace el público que les da millones y millones de reproducciones en spotify o en youtube. 

 

Sin embargo, la presencia y desarrollo de las mujeres en este género se ha convertido en un statement que termina con el concepto que hasta hace unos pocos años, se tenía sobre lo que “se suponía” que tenían que cantar las mujeres en la industria de la música.

 

Mujeres como Bad Gyal, Rosalía, Nathy Peluso, Lido Pimienta, Kali Uchis, Nicki Nicole son solo algunas de las cantantes que están cambiando la forma de hacer, cantar y expresar la música.

La música urbana, llámese, hip hop, trap, rap, r&b, viene de una raíz más visceral, más física, es algo mucho más explosivo. Pero igual de significativo y emocional como cualquier canción pop del artista de su elección.

 

Estas mujeres le cantan al amor, al sexo, al deseo, al desenfreno, al exceso. La única diferencia entre su música y cualquier otro género, es la generosidad y la apertura con la que expresan sus deseos y sentimientos. Lo que las enciende, lo que las frustra, lo que las llena de ira.

 

Ver a todas estas mujeres actuar sobre un escenario es hipnótico. Parte del atractivo particular de este género musical es lo visceral que puede ser visto en un escenario. Es fuerza, es energía y fuego.

Son mujeres que han comenzado a resignificar la imagen de su propio género en la música urbana. Dejaron de forzar el propósito de encajar en un estándar de cómo debe lucir, sonar y ser una mujer en la industria de la música y crearon uno propio. Le cantan al cuerpo femenino como un santuario sagrado que, luzca como luzca, la forma, el tamaño, el color que tenga, es un cuerpo que siente, se mueve, desea y explota. Dejaron de lado el estilo convencional “femenino”, lo que sea que eso signifique y comenzaron a crear una imagen donde se apropiaron de elementos que solo usaban los hombres o solo cierto nicho de cantantes y artistas urbanos. Lo tomaron y le pusieron un chingo de brillo, color, muchísima personalidad y le prendieron fuego.

Una p#$..rra, sorprendente, curvilínea y elocuente…