El trabajo de Carolina habla de la no identidad, que está en un punto relacionado al cuerpo. En muchas fotografías aparecen figuras, cuerpos sin caras o caras tapadas y cuerpos flexibles y maleables. Esto refleja la idea del cuerpo como envase, el traje, lo superficial que vemos en una primera instancia y que puede mutarse, cambiarse, transformarse, romperse, quebrarse acorde a lo que sucede adentro; un canal de expresión de lo interno. 

El concepto o el contenido interno es mucho más importante, por eso el uso de posturas que van en contra de lo que normalmente el ojo espera. Así es como logra romper el esquema de lo natural, para que el espectador pueda visualizar más claramente el concepto. Juega con posturas que van en contra de la gravedad o encontramos personas boca abajo, que parecen flotar en el espacio. Cuerpos encerrados en trajes, o que parecen asfixiarse.
Una búsqueda hacia romper los cánones para lograr algo nuevo que es igual de bello en otro plano. Es el planteo de una realidad paralela.

Piensa que cada persona tiene su realidad paralela y todas coexisten, un lugar onírico que coexiste en cada mente e intenta hacer el suyo tangible, bajarlo a tierra y compartirlo con el universo, hoy su medio elegido para ello es la fotografía.

Para ella el cuerpo es un medio, al igual que la fotografía, o la pintura. Un medio de expresión no sólo en cuanto al lenguaje corporal, sino también como lo adornamos, lo vestimos y lo exageramos hacia afuera, como canal de expresión de lo interno.