Isaac Soto: Sobrio

Texto: Cyn Maya
Foto: Tony Solís

       La experiencia de escuchar música, siempre me ha parecido algo muy personal, no importa si estas con tus amigos, parejx, familia o de miles de personas en un festival, cada uno la experimenta desde una perspectiva completamente única. Producir esa música que nos hace sentir, pensar e imaginar miles de cosas mientras escuchamos y bailamos, también es un proceso extremadamente personal, íntimo y catártico para quienes dedican su vida y su tiempo a ello. 

Hace poco, tuvimos la visita de Isaac Soto en nuestro estudio, donde platicamos de su música y su nuevo álbum: Sobrio. Donde a través de 4 tracks, nos cuenta la experiencia de haber tomado la decisión de dejar las sustancias y el alcohol.

CM: ¿Cómo estás? ¿Qué tal te ha ido?

IS: Hay un chingo de cambios nuevos en mi vida. Ando haciendo música, redescubriendo cosas, hace poco empecé a dar clases y resultó que una de mis alumnas está muy cabrona en el pedo de la armonía, yo empecé a darle clases pero ella terminó dándome clases a mi, eso está muy muy chido. Cuando aprendes algo nuevo en la música, como que te da un respiro. También junto con el equipo de MCO, somos responsables de la colección de un sintetista mexicano que falleció en la pandemia, nos encargamos de checar que todo funcione.

CM: ¿Cómo fueron tus primeros acercamientos a la música? ¿Cómo llegaste a los sonidos que te caracterizan?

IS: La música siempre ha estado ahí, desde que era muy chiquito mis papás me metieron a clases de piano. Al inicio no pensaba que me iba a dedicar a eso, yo estudié ingeniería civil, así que pensaba más en dedicarme a la construcción, a la arquitectura. Pero una vez que empecé con el piano, pasé a la guitarra, luego empecé a hacer música con mi hermano, con más personas y le agarré el gusto a crear cosas. Fue cuando me empezó a gustar el diseño de audio y todo lo que tiene que ver con eso: microfonos, texturas, sus cualidades, y todos esos aspectos técnicos. Ahí empezó mi interés por la música, por un lado por la psicoacústica pero también empecé a pensar en cómo el cerebro interpreta los sonidos, cómo hace juegos con el sonido por quererlo a entender. 

Así fue como empecé a integrar todo tipo de instrumentos, pero también empecé a experimentar con objetos que no están destinados a serlo. 

CM: ¿Nos puedes contar más sobre el nombre de tu álbum: Sobrio?

IS: Fue porque dejé de tomar y de consumir sustancias, básicamente. Era algo que llevaba pensando un buen rato, desde antes de la pandemia, pero nunca me había atrevido a parar y decirme: ya estuvo. A mitad de la pandemia tomé la decisión y yo pensé que iba a estar más relax, pero la verdad es que empezó un proceso super turbio, como de claridad, darse cuenta de un chingo de cosas. Fue muy duro, así que esa dureza la fui poniendo en música, en armonías, en sonidos y en texturas. El sonido del disco es muy duro. Lo veo como un diario en el que veo lo que pasó cuando tomé la decisión.

CM: ¿Los tracks que integran el álbum podría decirse que cuentan esa historia? ¿O dirías que son capítulos aislados de ese proceso de sobriedad?

IS: Si es un flujo, son esos veintes que me cayeron, cosas duras que me pasaron, cosas de las que me daba cuenta, preguntas que me hacía en ese proceso, sensaciones muy fuertes y pesadas: dudas, sentimientos. Todo lo que debía haber tratado en terapia, lo puse en música jajajaja! Fue una manera de soltarlo. 

CM: ¿Cómo crees que ha cambiado la manera de producir tu música a raíz de la decisión de estar sobrio?

IS: Siento que ya es más honesta, más transparente. Un poco más valemadrista, menos pretenciosa. Siento que es más madura. 

CM: ¿Cómo se dio la colaboración con Lauro Robles en tu álbum?

IS: Es un wey bien chido, muy buen pedo. Una vez que quería aplicar a la Red Bull Music Academy, contacté personas que ya hubieran ido, así que le pedí que me contara cómo le había ido, cómo había sido el proceso, etc. Y fue así como nos conocimos y me di cuenta que él tenía algo que, en ese entonces, todos los demás no tenían, en ese entonces todos querían sonar a algo más europeo o gringo, yo le enseñaba música de músicos europeos y él me decía: no, aquí se están haciendo cosas muy cabronas. Es una persona muy honesta, le enseñé las rolas que tenía y fue así como quedaron las 4 del álbum. Me dijo que las mezcláramos juntos y fue así como conocí el estudio y al equipo de NAAFI, pura banda bien chida. 

CM: Por lo que me cuentas del álbum, es una historia sumamente personal, ¿cómo te sientes compartiendo eso, no solo ahorita en esta entrevista, sino con toda la gente que está escuchando el álbum?

IS: A veces de la verga, porque pues las entrevistas las escucha mi mamá y si digo: dejé las drogas! jajaja! Pero pues también se siente chido, también algo que ha traido esto es justamente el aceptarte y decir: soy lo que soy, la cagué, como todo el mundo pero pues esto es lo que soy. La verdad es que si te sientes desnudo y vulnerable porque estás contando algo, a veces me digo: ¿si estará bien contar algo así? pero también pienso que hay personas que te escriben y te dicen que hacen clic con tal o cual rola y pues de eso se trata el arte.

Isaac Soto: Sobrio