Raíces, erotismo y fiesta: NINANINA

Foto: Tony Solis

Entrevista: Cyn Maya

 

  La música, y en general todas las artes, siempre, o casi siempre, han estado influenciadas por una serie de factores que pueden ir desde lo social, económico, cultural, político hasta las vivencias particulares de los artistas. Todos estos factores se mueven y mezclan de maneras únicas para generar piezas e ideologías que pueden llegar a conectar a un nivel muy profundo con su audiencia, eso es lo que las hace trascender.
Conocimos a NINANINA en nuestro último viaje a Xalapa, Veracruz, donde tuvimos uno de nuestros talleres de Fotografía y Producción de Moda que cerró con una fiesta increíble. Allí tuvimos la oportunidad de bailar con su música y platicar brevemente con ella. Así que decidimos entrevistarla para ahondar más en su trabajo y tomarle algunas fotos. A continuación, les contamos lo que nos dijo:

CM: ¿Cómo te definirías en 3 palabras?
NINA: Cyborg. Vedette. Urbanx.
CM: Tu música gira en torno a los ritmos latinos y enérgicos, o a veces más rebajados pero siempre cargados de mucha sensualidad. ¿Cómo definirías tu estilo al producir/tocar música y cómo llegaste a él?
NINA:Es un collage y una carta de amor a los lugares en los que crecí y me formaron; las islas que voy atravesando por la vida.
Nací frente al mar, en la costa veracruzana, donde la vida definitivamente es más sabrosa. El calor, la playa, las palmeras borrachas de sol, el carnaval, la fiesta, la magia, los mariscos… Toda mi familia es bien bailadora y fiestera, siempre sobraban motivos de celebración. Fiestas en casa, fiestas en la calle, fiestas en la playa… Hasta en las kermeses de la escuela armaban una mini disco con luz y sonido para que lxs niñxs bailáramos. Crecer en la costa es vivir en una fiesta constante. Las costas del mundo son una mezcla infinita de culturas y tradiciones y no puedo evitar conectar con sus ritmos enérgicos y alegres. Son territorios generosos en muchísimos aspectos y las prioridades son distintas. La comunidad es todo en los lugares de donde vengo, y en los festejos y fiestas, esa conexión se fortalece aún más.

A la par de esta influencia musical y festiva, crecí en un ambiente de cooperación comunitaria, de apoyo a los trabajadores y de lucha social. Soy nieta de maestrxs normalistas, y eso también me formó profundamente. Toda esa amalgama de ritmos, filosofías y sabores me encienden el corazón y los propongo naturalmente en las cosas que hago. Lo costeña, lo alegre, lo sensual, lo comunitario, lo política… eso nunca me lo van a poder quitar. Y mantenerlo conmigo es una resistencia, un beso, un agradecimiento.

A medida que crecía, también fui atravesada por otras culturas que marcaron mi juventud, como el hip hop, la cultura ballroom y la cultura club. Pertenecer a crews, las batallas de baile, las fiestas clandestinas, el sentido de comunidad, la lealtad, la jotería, las balls, mi paso por la House of Apocalipstick, el Sex Siren, la muerte, la magia… todo eso me acercó a ritmos y sonidos que tocan algo profundo, casi espiritual. En estas culturas, lxs DJs somos chamanes modernos, conduciendo rituales a través de la música.
Hoy en día, me encuentro explorando más en la electrónica experimental, la música generativa y las atmósferas sonoras, en sintonía con mis exploraciones de utopías y ficciones. Me considero una artista muy juguetona, desobediente, desafiante; con una relación casi infantil con las máquinas. Son los juguetes que quiero tocar, compartir, experimentar, modificar. Juego con el ridículo, pruebo cosas nuevas y desafío mis propias formas de hacer las cosas. Nunca estoy quieta, siempre estoy aprendiendo. En mis Live Sets y DJ Sets yo creo que se refleja mucho en los cambios abruptos de tempo, la diversidad de géneros que me gusta tocar en un sólo set y en lo mucho que me divierto cuando toco. Constantemente estoy buscando recrear esa sensación de placer, sensualidad y libertad que, para mí, es ser una marika costeña.

CM: Siguiendo con el tema de la sensualidad y el placer. Tu trabajo también se enfoca en crear espacios para la comunidad en los que puedan explorar su lado erótico, desde fiestas, música y talleres. ¿Qué aspectos en común crees que existen en estas tres diferentes áreas y cómo los creas/comunicas/enseñas?
NINA: Una frase que siempre digo en mis clases es: “Si no conoces el poder de tu energía erótica, los sistemas lo usarán en tu contra.” El cuerpo es una tecnología poderosa, un dispositivo de liberación. Y el placer, sin duda, es una sabiduría ancestral.
Acercarnos a la música, al baile, al erotismo, a los placeres colectivos… Cuando performeamos esas utopías de libertad, el cuerpo guarda memoria sobre ellas. Para mí, se trata de crear espacios donde podamos vivir sin culpas ni restricciones, explorar lo sensual sin miedo al juicio. Ya sea en una fiesta, un taller o un set de DJ, el objetivo es el mismo: experimentar la libertad del cuerpo en su máxima expresión.
Las fiestas que organizamos en MANIFIESTACIONES, por ejemplo, son pequeños laboratorios y ejercicios de utopía. Son espacios de ficción donde manifestamos la libertad, la belleza y los placeres colectivos a través del arte, la tecnología y la comunidad. En esos lugares, el cuerpo se mueve sin miedo, se expresa como quiere, se siente deseable y deseante, sin culpas ni castigos. Esas experiencias quedan grabadas en nosotrxs; la libertad se convierte en una energía poderosa que se derrama y se expande a otras áreas de nuestras vidas. Nos hace la vida más linda, nos da sentido, identidad y comunidad. El erotismo, la música y el baile comparten algo fundamental: la capacidad de liberar a lxs cuerpos, de conectarnos con nuestros deseos más profundos, con nuestra espiritualidad. Y de alguna manera, las utopías nos inspiran a transformar las realidades.

Esta reconstrucción social que vivimos va a ser deliciosa, baby. Va a ser sexy, divertida, jocosa, desobediente…, y va a requerir de muchísima imaginación radical. Crear espacios de placer se vuelve una estrategia de resistencia frente a las violencias del mundo. Es una manera dulce, pero firme, de sanar las heridas individuales y colectivas que llevamos.
En mis talleres de erotismo, el objetivo es explorar nuestro poder, para usar esa energía a nuestro favor. Quiero que las personas reconozcamos nuestros propios poderes, que nos sintamos capaces de transformar este mundo, ya sea a través de la música, la danza o nuestros más atrevidos y locos placeres.
CM: Algo que me llama mucho la atención de tu trabajo es el esfuerzo que has hecho en crear estas comunidades en tu ciudad: Coatzacoalcos. Algunos de tus proyectos también parten y/o se enfocan en tu ciudad. ¿De dónde nace esta necesidad de incorporar la cultura e identidad de Coatzacoalcos con tu producción musical, las fiestas y tus proyectos de investigación?
NINA: ¡Puedes sacar a la chica de Coatza, pero no a Coatza de la chica! Me tomó años poder hablar de Coatzacoalcos. Migré en 2010, cuando la violencia era extrema. Partí con mucha tristeza, con el corazón lleno de dolor. Viví casi quince años en Mérida, comparando mi cultura con otra, y aunque allá hice grandes amigxs y eché raíces, mi corazón seguía pidiendo regresar a mi tierra. Tenía un deseo profundo de volver, de experimentar Veracruz desde otra perspectiva, incluso para sanar esa memoria de violencia con la que me fui.
Como alguien que trabaja con la idea de sanar experiencias de dolor a través del placer, me preguntaba: ¿cómo se sana la herida de la migración? Siento que “grito” Coatzacoalcos por todos lados: en la forma en que bailo, en mi alegría, en cómo canto, toco, escucho y miro la vida. En la costa, nuestras prioridades son diferentes.
El año pasado, cuando comencé a trabajar con música generativa e inteligencia artificial, me encontré con una nueva pregunta: ¿cómo reconstruir lo que ya no existe? No hay un acervo sonoro, por ejemplo, de los sonidos de fiesta del malecón de Coatzacoalcos, antes de que la violencia la transformara. Recientemente visité Coatzacoalcos y me impactó lo silencioso que se ha vuelto. Toda esa riqueza sonora se ha perdido. ¿Puede la tecnología ayudarnos a reconstruir esos espacios sonoros? ¿Puede ayudarnos a imaginar cómo reconstruir lo que la violencia nos quitó? Esta reflexión me llevó a TECNO-COATZA, un proyecto en el que estoy trabajando este año con el apoyo del FONCA.
Le tengo un amor profundo al territorio, a ese pedacito de tierra, agua y sal. Amo sus playas, su brisa, los besos del sol y el amor con el que crecí en esa tierra mágica. Seguirle nombrando e imaginando es también mi forma de nombrarme, sanar mi historia y narrar mi identidad. Y, por supuesto, hacer honor a uno de los lugares más bonitos y mágicos del mundo.
CM: ¿Qué es lo que buscas dejar en las personas que escuchan tu música, asisten a alguno de tus talleres o conocen tus proyectos? (Ideas, sentimientos y/o aprendizajes)
NINA: ¡Que la pasemos increíble e imaginemos juntxs mejores mundos y placeres! Con eso me doy por servida. Puede sonar ambicioso, pero mi intención es sembrar libertad y esperanza. ¿Has estado en una fiesta tan buena que te deja con la sensación de que todo va a estar bien? Que te hace sentir que vale la pena vivir, que hay algo más allá de las preocupaciones diarias y las luchas cotidianas… En este capitalismo feroz, que nos bombardea con miedo y desesperanza, creo que es crucial cultivar momentos de liberación, especialmente en espacios donde la colectividad se une a través del gozo y el placer.

Nos quieren cansadxs, ocupadxs, sin tiempo para vivir ni para conectar con lxs demás. Nos alejan de la comunidad, de la alegría, del placer. Pero cuando estamos juntxs, bailando, compartiendo, disfrutando, todo eso se disuelve. En mi música, exploraciones sonoras y eventos de MANIFIESTACIONES, quiero ofrecer eso: la posibilidad de vivir por unas horas la utopía del gozo, de la libertad y de la alegría. Si conseguimos eso, aunque sea por un momento, ya estamos creando grietas en este sistema opresivo, ya estamos empezando a construir el mundo que queremos habitar.
En mis talleres, quiero que las personas se reconozcan en el poder que tienen. Ese poder que se encuentra en la música, en la danza, en el placer compartido y en la colectividad. Mi objetivo es que entiendan que ese poder no solo está en la pista de baile o en una canción, sino en cómo nos conectamos con los demás, cómo nos apoyamos y nos fortalecemos mutuamente. Me llena de satisfacción saber que quienes asisten a mis talleres o fiestas no solo se llevan una experiencia, sino también nuevas amistades y colaboraciones. Este proceso tiene sus retos y desafíos, pero también trae recompensas, momentos de alegría y crecimiento colectivo.
Lo que busco es que, al final, se lleven una sensación de haber tocado algo profundo: un recordatorio de que el gozo, la libertad y la colectividad son fuerzas poderosas que podemos cultivar, y que, cuando las compartimos, podemos transformar nuestro entorno y, eventualmente, el mundo.
CM: ¿Nos puedes contar qué planes tienes para este año?
NINA: ¡Muchos proyectos emocionantes este año! El primero es ODISEA, mi primer EP como productora musical. ODISEA es el soundtrack de un videojuego falso, una metáfora sonora y una ficción que cuestiona los confines impuestos por la cultura del club y lo kuir. Un lamento queer sintetizado sobre las experiencias en los clubes y en las comunidades que no existen.
El segundo es TECNO-COATZA, un proyecto de ficción que une el pasado, el presente y el futuro de la ciudad de Coatzacoalcos, Veracruz, a través de inteligencia artificial, tecno-chamanismos, composiciones sonoras y rituales. Un ejercicio para reimaginar cómo reconstruir Coatzacoalcos mezclando IA y espiritualidad, los sonidos, la música, el recuerdo y la sabiduría ancestral de la cultura madre de México: la cultura olmeca.
Aunque me propuse que este año tocaría menos y produciría más, en el primer semestre del año estaré presentando live sets y DJ sets en Xalapa, Ciudad de México, Celaya y Mérida.
A la par, sigo colaborando con proyectos de moda y piezas escénicas. Continúo dando talleres cuando tengo algún espacio en mi agenda. Sin embargo, tengo muchos deseos de pasar más tiempo en la naturaleza, desacelerar el ritmo y ajustar los nortes. Quiero desconectarme un poco más de los acelerados ritmos de la industria y recordarme que, al final del día, sigo siendo una costeñita más.

¡Muchas gracias Cyn, Tony, Manu y todo el equipo de Y- NOT MAG! <3

Raíces, erotismo y fiesta: NINANINA