Por: Redacción
Desde 2010 quedamos en suspenso con el último álbum de la cantante sueca dividido en tres volúmenes, una producción de estudio bastante amplia que nos dejó canciones como “Dancing on my own” y “Call your girlfriend”, con las cuales bailamos hasta cansarnos.
Este año por fin nos entregó algo nuevo, se trata de Honey, su nuevo disco con 9 canciones, que, como declaró para Pitchfork, contiene temas como “Missing U”, en los cuales trabajó desde 2014 pero concretó hasta este año. Después de los vibrantes beats y las desgarradoras (pero honestas) letras de 2010 nos presenta algo más experimental, donde, sin embargo, parece recuperar la esencia de sus primeros ritmos pero con la digna madurez de un ícono pop de 39 años.
La tranquilidad de “Baby forgive me”, tema de Honey, nos deja entrever a una nueva Robyn, que sigue siendo la misma que hace unos años cantó como la amante despreocupada pero que ahora, con el peso de las experiencias, abre su corazón, haciendo patente lo vulnerable en todos nosotros después una relación sentimental de gran intensidad. Robyn nos demuestra que se puede ser serio sin caer en lo aburrido; profundo sin rayar en la pretensión: y lo mejor de todo, cantando.