por Carlos M. Román
Ashley Williams lanzó su marca homónima en Londres en 2013, y desde entonces no ha parado de hacer ropa que nos llena de nostalgia, pero no el en sentido cursi, es más el tipo de nostalgia que sientes cuando ves Jurassic Park. Muchas de sus colecciones se crean a partir de memorias de la infancia y la adolescencia, lo cual explica perfectamente las referencias de los 80 y 90, los colores, la tipografía que usa para sus camisetas y los cortes chistosos que tienen sus prendas. Todo engloba una estética que probablemente es difícil de describir pero fácil de entender, grungy, femenina y con un oscuro sentido del humor.








Para su colección spring 2019, se une a la tendencia de la tela impresa con gráficos de periódicos y a las mangas bombachas ochenteras, algunas de sus modelos llevan una pequeña coleta que apunta hacia arriba, —que solo se puede lograr con mucho gel— y sus afamados broches con palabras simples cubiertas de diamantes como “virgin” “damaged” o “fuck”, proponiendo de nuevo sin miedo, lo que para muchos puede ser algo de mal gusto.
Ashley siempre ha tenido un gran enfoque comercial, y no es algo que quiera ocultar, porque aunque muchas de sus prendas pueden ser muy básicas logra que con pequeños detalles, quieras tenerlas al instante.
Instagram @ashleywilliamslondon