Desde su primera exposición en el emblemático Quinto Piso, hasta su reciente participación en las subastas de las fundaciones más importantes de nuestro país, la obra de Gustavo Argüello Peñaloza sigue una línea clara y contundente; fácil de observar pero no de encasillar.
por Daniel G. Vargas
fotografía Leonel Sámano
La pintura se mezcla con el polvo de oro y otros materiales lúdicamente sobre el lienzo, siempre guardando un lugar para el blanco; tan importante como el silencio en la música.
Para conocerlo mejor, visitamos el estudio de este pintor mexicano originario de la Ciudad de México y formado en la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado “La Esmeralda”. Conversamos con él acerca de sus procesos, trayectoria y visión general del arte.
YNOT: Estudiaste en una de las escuelas más importantes de México. ¿Por qué decidiste concentrarte en la pintura?
GUSTAVO: Siempre me gustó pintar. Hice algunas esculturas pero sólo académicamente. Comencé a experimentar con la pintura y fui descubriendo nuevos caminos; siempre utilicé técnicas mixtas y poco a poco construí mi propio estilo.
Y: Desde tus días académicos hasta el día de hoy, ¿cómo ha evolucionado tu proceso creativo?
G: Antes era más experimental. Arrojaba pintura en el lienzo y dejaba que la pintura se comportara como quisiera. Comparando los resultados fui guiando mi proceso para desechar los errores. Comencé a experimentar con el polvo y la hoja de oro, así como otros materiales, para llegar a distintos lugares.
Por el tamaño de mis obras, siempre pinto en el piso. Me gusta encharcar la pintura y controlarla, para que tenga diferentes flujos y barreras, con niveles dentro del mismo bastidor. Hay un control pero también permito que la pintura siga su propio curso. La veo incluso como un ente vivo.
Mi proceso es bastante espontáneo. Necesito a la pintura para nutrirme y seguir coexistiendo.
Y: ¿Te identificas con la filosofía de alguna corriente o escuela?
Tal vez con el expresionismo abstracto americano. Sin embargo, más que adoptar la filosofía de esta corriente, considero que la obra de Rothko, Pollock y Klein, ayudó a expandir mi visión. Influyó en mi trabajo y mi formación, pero no me considero un expresionista, sino simplemente un pintor contemporáneo. Ellos sentaron las bases para que mi obra sea categorizada hoy en día.
Y: Dijiste que ves a la pintura como un ente vivo. ¿Cómo describirías tu relación con ella y el lienzo?
G: Me gusta experimentar con los materiales, no sólo con la pintura, hasta llegar al punto de dominarlos. Ahora soy más ordenado y consciente de lo que quiero lograr. Mis obras tienen mucho blanco y preservarlo también es un reto. Dependiendo del tipo de pintura o incluso el color, debo tener cuidado para encontrar el balance correcto.
Y: Es común cuestionar el valor de la Escuela de Arte. ¿Qué importancia tuvo esta institución en tu trayectoria?
G: Una de las lecciones más importantes que aprendí en la escuela fue a convivir con otros artistas. La realidad es que dentro de las escuelas de arte existen conocimientos que no vas a encontrar en otro lugar. Me nutrió en un aspecto literario; conocí obras, artistas y conceptos a los que nunca había tenido acceso. También me otorgó un contexto histórico del arte y considero que eso es importantísimo para cualquier creador.
Y: ¿Cuál es tu relación con el arte que va más allá de lo abstracto y se sitúa en lo conceptual?
G: En general, no me gusta el arte conceptual. A veces me causa asco ver gente tan inepta exponiendo cosas insignificantes. Por otro lado, respeto mucho a los artistas de caballete y quienes se ensucian las manos trabajando. Curiosamente, hace poco descubrí un performance en Instagram y, aunque no tengo una buena relación con esta forma, éste en particular me gustó bastante.
Y: ¿Cuál es el mayor reto al que te enfrentas como artista en México?
Causar una reacción en el espectador es algo que siempre he buscado. Convencer al público de que mi obra no sólo es algo bonito; eso siempre es un reto. No sé si lo estoy logrando; no sé si las ventas significan eso. Quiero que mi obra destaque por sí misma y no por quien soy yo como persona.
¿Cómo ves tu trayectoria a futuro?
Me veo pintando hasta hacerme viejo; me gustaría que me encontraran muerto en mi estudio. Quiero exponer mi obra a un público cada vez más grande y continuar pintando lo que me gusta y cómo me gusta.