No sé si les ha pasado que por muy bien que vayan las cosas uno siente una extraña sensación de vacío y aburrimiento, ganas de no hacer nada más que desear tener ganas para hacer más cosas. Culpo a la pandemia, mi pretexto favorito estos últimos dos años,  pero no puedo ignorar que mucha de esa culpa está en mi, en nosotres. Así es como después de algunos proyectos comerciales, muy bonitos y cansados todos, por cierto, decidimos aprovechar y viajar a una de mis ciudades favoritas, si no es que mi segunda favorita (después de CDMX) a encontrar inspiración y a trabajar con viejos amigos que se han convertido en familia. Trabajar en las condiciones en las que trabajé, no hace más que motivarme a seguir haciendo más y más, solo por el gusto de hacerlo y eventualmente mostrarlo a todes ustedes.  Escaparse de la ciudad en pandemia ya no resulta tan increíble como el año pasado, y era algo para nosotros realmente necesario. Contacté a James Vincent con quien ya había trabajado un par de años atrás para proponerle hacer el maquillaje. Lo único que yo sabía era que quería hacer una editorial con luz natural; una beauty callejero, que representara la ciudad, su vibra, su energía y su belleza.

Hice una videollamada con James y él propuso trabajar con su amigo Ish Peralta, artista del body paint y pintor residente de NYC. Hablamos de lo ruda que puede ser la ciudad, del metro, de sus graffitis, de lo loco que puede llegar a ser pero también de la inspiración que encuentras en cada calle.

En ese mismo viaje, realizamos 4 editoriales, la primera para una revista amiga y las otras 3 para Y- Not que muy pronto podrán ver aquí.  El último día, no sé por qué, decidimos hacer dos editoriales, una en la mañana en Coney Island y esta, en China Town, aprovechando el departamento de Faisal, el estilista que se unió al equipo y que nos brindó su archivo privado con piezas raras y difíciles de conseguir. Y así, después de un par de shows Drags, un par de salidas que terminaron en pista de baile, mucha pizza,  largas caminatas aprovechando la legalidad de la mariguana, terminamos nuestro viaje satisfactoriamente, y puedo decir que encontramos lo que estábamos buscando.