Techno, Hardcore y Terror: Neurokill
Fotografía: Tony Solis
Entrevista: Cyn Maya
Conocí a Ano hace unos 10 años aproximadamente, lo sé porque es casi el mismo tiempo que he conocido a mi amigo Tony Solís. En aquel entonces les tres éramos personas muy distintas a quienes somos hoy en día. En esos años veía a Ano los fines de semana en los pasillos de la escuela de arte multimedia donde estudiábamos… donde Tony fue nuestro maestro.
Pasaron los años y aunque no conservé el contacto frecuente con Ano, sí continué siguiendo su trabajo. Así que hace unas semanas, platicando con el equipo de Y- NOT Mag, decidimos invitarlo a nuestro estudio a platicar con nosotros para saber cómo le ha ido y tomarle algunas fotos.
Lo primero que nos contó y que nos tuvo atentos por un buen rato – porque nos encanta el chisme, fue la historia de cómo conoció a su actual pareja… y de cómo se casaron. Me acuerdo que comenzó a hablar de su historia de amor porque le preguntamos cómo había pasado la pandemia y nos comenzó a platicar cómo un chico de Túnez y él, se enamoraron, pasando por problemas de migración, la distancia, el tiempo, sus trabajos y finalmente, cómo conocieron a sus respectivas familias, hasta que decidieron casarse.
Después de platicarnos sobre él y su vida amorosa, también quisimos saber más sobre su proyecto: Neurokill, su personaje y su experiencia como persona trans dentro del circuito de la música, acá les dejo lo que platicamos y las fotos que armamos ese día:
Cyn: ¿Cuánto tiempo llevas produciendo música?
Neurokill: La otra vez estaba pensando que ya llevo produciendo música unos dos años. Empecé con una canción y a partir de ahí empecé a trabajar en mis conocimientos para hacer producción. Ahora ya estoy produciendo mi álbum que yo creo que sale en enero. Será self-release y tendrá unos diez tracks.
Hace como un año lancé Biutiful Mess, un EP que también fue self-release y junto con él salió un cortometraje pequeño sobre cada canción que produje con unos amigos. Ahora con este nuevo álbum, que se va a llamar RITUAL, estoy muy emocionado porque no le he dicho a nadie quién va a hacer la portada, pero yo creo que ya les voy a contar jajaja ¡La va a hacer Dorian Ulises López! Es un gran amigo y un artista al que admiro mucho, así que estoy muy contento de que esto este sucediendo.
Muchas veces es bien difícil que se den este tipo de colaboraciones, trabajar con alguien que no te siga solo por hype. Para este álbum ya estudié un poco más, todo lo he producido en Ableton, entonces creo que ya tengo más y mejores herramientas para producir. Porque haciendo DJing ya sentía cortas las cdj’s. Amo tocar pero ahorita me ando dando tiempo para producir. También quiero hacer un video por cada track del nuevo álbum y todo lo voy a producir de mi bolsillo y de mi ser. Espero lograrlo.
Cyn: ¿Cuál ha sido tu experiencia como persona trans dentro de la música?
Neurokill: Mi carrera ha crecido como Neurokill a la par de mi otro proyecto: Baby Rata, que es una productora pero que empezó siendo una marca de hoodies; ambos proyectos han ido creciendo y transicionado junto conmigo. Y ha sido extraño, a veces dan más consideración a hombres hetero o cis que cuando hay persones trans o no binaries que quisieran entrar a este circuito de música. Como que no hay tanto apoyo.
El año pasado me fui de gira a Estados Unidos, ahí hubo muchos cambios y transiciones en mi persona y en mi técnica también. Me di cuenta que allá la gente no te valora tanto, cuando ven que eres trans o te maquillas. Como que piensan que estás haciendo mucho teatro para solo tocar.
La verdad es que mi personaje ha ido creciendo y cambiando en función de cómo me he ido sintiendo conmigo mismo. No es para llamar la atención, es un performance, es parte del ambiente que yo creo cuando estoy tocando. Como si estuviéramos en un ritual con música bestial en una fiesta bestial. Porque la fiesta no es estatus. Porque también a lo largo del tiempo e ir tocando en lugares, hay clubes mexicanos donde no te bookean. Normalmente son esos clubs a los que todo el mundo va. Y cuando sí te invitan a tocar, traen a alguien internacional y a ti te pagan poco. Me han tocado varias experiencias así.
En mi experiencia, conforme vas creciendo te vas valorando económicamente, porque así como en los clubes, los gestores de fiestas tampoco te valoran tanto y te pagan muy mal cuando debería haber un equilibrio.
A mi casi no me invitan a los clubes más fresas y me gustaría mucho que me invitaran porque estoy seguro de que pondría a bailar a la gente y los haría pasar un rato chido. Cada set lo hago diferente, escojo con cuidado la música, la vibra.
Cyn: ¿Cómo fue que surgió tu personaje de Neurokill y cómo ha ido creciendo?
Neurokill: Cuando empecé mi nombre era DJ Gatorade y estuve un año trabajando con ese nombre. En ese entonces mi proyecto no era tan sólido. Me maquillaba como zombie pero aún no era Neurokill, durante ese tiempo me fui familiarizando con el stage, porque la verdad si me pongo nervioso. Para mí se fue convirtiendo en un performance, no solo se trataba de tocar. Luego me puse a buscar otro nombre y fue así como lo cambié por Neurokill. Siempre me he sentido como un monstruo, desde chico me han gustado los monstruos, el terror. La verdad cuando me maquillo me siento más guapo, me siento como cuando alguien se maquilla para salir, así me siento yo. Quizás no es muy tranqui pero me gusta. Neurokill se convirtió en un delirio visual y musical. Empecé a integrar látex, manchas que simulan sangre que salen del cerebro, etc. El nombre también viene de que me gusta tocar cosas muy intensas: tribal, techno, hardcore, de pronto meter un rock o una versión tribal de una canción pop.
Cyn: ¿Qué quieres provocar en la gente cuando te escuchan tocar?
Neurokill: Que quieran bailar hasta delirar, hasta estar exhaustes. Veo mis sets como si fueran terremotos. Son una experiencia muy sensorial.