Innecesario: Chino Solis
Fotografías y texto: Isa Mejía
El pasado viernes 23 de junio en la galería Pequeños Bribones, se llevó a cabo la primera exposición individual del artista Chino Solis, titulada: Innecesario.
Con un caballito de Tequila1800 en una mano y una cerveza artesanal Wendlandt en la otra, nos sumergimos en un océano de metáforas y sensaciones, Donde lo efímero cobra vida y lo trivial se vuelve trascendente.
La aparente trivialidad de los componentes de su arte, Es la llave que desbloquea su contexto y nos invita a entrar. Una obra en particular, llamada “El opio del pueblo” (2023), Expone el glutamato monosódico como una plaga desenfrenada, Un testimonio del futuro distópico, en la sociedad consumista, Un susurro oscuro de la cultura pop, reinante en Occidente.
La obra de Chino Solis, una danza de significados enredados, se entrelaza con la posmodernidad, se ramifica en el aire. Sus formas: creadas para significarse a sí mismas, renuncian al discurso tradicional que justifica la obra. Para invitar al espectador a comparar su realidad inmediata, Con la experiencia estética que se despliega como una ensoñación.
Al finalizar la travesía por la exposición de Chino Solis, mi ser se encuentra empapado de una nueva perspectiva. Sus obras, como destellos de luz en la oscuridad, han despertado en mí una sensibilidad latente, invitándome a adentrarme en un mundo de metáforas visuales. Cada pieza, cuidadosamente construida con materiales efímeros, me ha recordado la fragilidad de nuestra existencia y la fugacidad de los momentos que conforman nuestra realidad.
A través de la armonía de sus formas y la profundidad de sus significados, he experimentado una conexión íntima con mi propia esencia y con la vasta red de la humanidad.
La exposición de Chino Solis ha sido un encuentro con lo trascendental, una travesía sensorial que ha dejado una huella y me ha inspirado a apreciar la belleza que yace en lo efímero, en lo aparentemente trivial, en cada pequeño detalle que conforma el constante fluir de la existencia.