Por Cyn Maya

Foto: Ellie Pritts
Foto: Ellie Pritts

Foto: Ellie Pritts

Hace unos días, Kieran Hebden, mejor conocido como Four Tet, lanzó su nuevo álbum, Sixteen Oceans con un timing perfecto, no, no hablo de que sea la mejor época del año ni que estamos en momentos de celebrar algo… todo lo contrario. Desde que empezó el año no hemos hecho otra cosa que atravesar por momentos y sucesos que cada vez nos hacen dudar más de nuestro futuro, el de nuestros países, de la vida misma.

Este año sin duda pone a prueba todo lo que creíamos podría salir mal, ha venido con crisis y conflictos globales que de pronto resulta difícil creer que todo esté sucediendo tan rápido y casi al mismo tiempo.

Más ahora, que estamos en días en los que todo es incierto, donde el aislamiento y la soledad nos rodean llenándonos de muchas dificultades, no solo económicas, políticas y sociales, sino también mentales y espirituales.

Sixteen Oceans llega como ese remedio que necesitamos para calmar las olas incesantes que habitan nuestra mente, es la calma en medio del caos por el que estamos pasando, es un relajante ante la incertidumbre que nos hace abrazar la soledad y el aislamiento.

Si bien, en trabajos anteriores Four Tet siempre ha sabido crear cosas nuevas, con su álbum anterior (New Energy, 2017) el artista había llegado a una cima en la que creí que había terminado de estructurar su sonido, en la que sus influencias de hip hop, ambient y electrónica se fusionaron, dándonos uno de los mejores álbumes de toda su carrera. Sin embargo, Sixteen Oceans es una continuidad a New Energy, no hablo de continuidad como una secuela que puedes evitar sin que pase nada, hablo de una continuidad ascendente en cuanto a sonidos, estructuras, texturas, experimentación.

Sixteen Oceans es un trabajo más introspectivo, con tracks totalmente ambient como Harpsichord o 1993 Band Practice, pero también sonidos más orgánicos como en ISTM y Bubbles at Overlook 25th March 2019, sin dejar de lado tracks totalmente club que han sido ya remixeados por personajes como Avalon Emerson (Teenage Birdsong).

Con éste álbum, Four Tet se consolida como un artista, no solo en cuanto a música, sino visual y experimental. Los artes, videos y publicaciones que han acompañado el lanzamiento de este material totalmente dan a conocer el trabajo del artista como un ser completo, alguien que no deja nada a medias y quien busca que todo su trabajo funcione como un todo.

La sensación de bienestar que se siente al escuchar su álbum es incomparable, es por eso que quise hablarles de él (claro, que sea uno de mis productores favoritos también influyó, pero es más por el trabajo, lo juro).  Pero a estas alturas, todos debemos reconocer que la situación que estamos viviendo no es fácil y lo que nos espera es demasiado incierto como para no tener algo que nos ayude a mantenernos tranquilos y medianamente cuerdos.

Por eso al menos yo estoy buscando cualquier cosa que me haga mantener la calma en estos tiempos tan complicados.

Sixteen Oceans es el remedio perfecto para ver dentro de nosotros, conocernos en esta situación y hallar la serenidad necesaria para actuar cuando llegue el momento. 

Four Tet: la calma en medio del caos