Ancestress de Björk: El Ritual para una Matriarca

Texto: Víctor Gerónimo González Martínez

Un servicio funerario en el que figuras alargadas vestidas de rojo acompañan a Björk en el cepelio de Hildur, su madre fallecida, el sonido de un gong que transporta su alma. Esta es la línea narrativa de Ancestress, el último video musical para la promoción de Fossora, el nuevo material discográfico de la artista islandesa más celebrada de los pasados treinta años. En esta pieza que pareciera más un cortometraje experimental que un videoclip, la protagonista hace las paces con el recuerdo de su ancestra perdida.

Más allá del inherente contexto emotivo que representa recrear un servicio funerario para una ficción, Björk y el equipo conformado por ella, Andrew Thomas Huang y James Merry juegan con simbolismos y referencias cinematográficas que refuerzan el ya potente mensaje de la canción.  En la primera estrofa nos reafirma que todo está sucediendo en su cabeza, como un proceso de duelo que se desenvuelve en un drama religioso. En esta representación, Björk conjuga el papel tan importante que tiene la espiritualidad para ella y que se aleja de los rituales judeocristianos. Los personajes que conforman esta procesión están vestidos con insólitas máscaras que representan gongs y caras de zorros (animales de vital importancia en la cosmovisión islandesa) y acompañan a la doliente hija en el camino para dejar ir el recuerdo de su madre.

En este camino filmado en las potentísimas montañas volcánicas de Islandia encontramos referencias al Séptimo Sello de Ingmar Bergman, a los llamativos vestuarios de Eiko Ishioka y piezas de la cultura tan actuales como Mario Bros y Avatar: The Last Airbender. Estos elementos que citan la influencia visual de todos los creadores involcurados configuran una pieza enigmática que concluye con el emotivo momento cumbre de un ritual funerario surrealista y fantástico.

El video tiene un solemne final con Björk dejando ir el alma de Hildur dentro de una cueva oscura. La última toma es una prodigiosa imagen que cita a La Piedad de Miguel Ángel. Ahora ella sostiene el espíritu de su ancestra, interpretado por un bailarín completamente ataviado de blanco. Ahí se practica el intercambio alquímico entre Björk y el espíritu de blanco usando unas prodigiosas máscaras de ave y un viscoso líquido dorado, haciendo referencia a los cuidados paleativos que ejerce el hijo con el padre moribundo. Este es el momento cumbre de la maravillosa conjunción de simbolismos que permean en el video; una pieza en la que múltiples imágenes retóricas funcionan para exorcizar el duelo de la cantante y, tal vez, incentiven al espectador a hacer lo mismo, a crear su propio ritual de despojo, desapego o despedida.

 

Ancestress de Björk: El Ritual para una Matriarca